Elecciones del Poder Judicial 2025, Justicia y Democracia

Por: Vladimir Parra
Columna: Estación Esperanza

Este 2025, México vive un momento histórico con las primeras elecciones populares para elegir a los ministros de la Suprema Corte, magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, del nuevo Órgano de Administración y a la mitad de los jueces de distrito y magistrados de circuito, un cambio impulsado por la reforma constitucional de Andrés Manuel López Obrador presentada en septiembre de 2024, en compañía de la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum. Reforma que ha buscado democratizar la justicia, marcando un antes y un después en la relación entre la ciudadanía y el sistema judicial, pero también con desafíos importantes.

“Necesitamos que la Justicia llegue a todos, que no haya corrupción en el Poder Judicial, que los jueces, magistrados, ministros apliquen al pie de la letra el principio de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie, que tengamos un auténtico, un verdadero Estado de derecho” señaló AMLO en su momento, como eje principal de la Reforma.

Cabe señalar que dicha elección popular de juzgadores responde a una demanda ciudadana legitima de transparencia y rendición de cuentas, pues durante décadas, el Poder Judicial ha sido visto como una institución distante, ligada a casos de corrupción que han dañado su legitimidad ante la sociedad. Al someter a los jueces al voto ciudadano, se pretende que estos respondan a los intereses del pueblo y no a los de élites políticas o económicas con el fin de restaurar la confianza de la ciudadanía en las Instituciones y en la justicia.

La participación ciudadana es clave en especial en un proceso democrático nuevo, como lo será esta elección. Es por ello, que los votantes necesitan acceso a información clara sobre los perfiles de los candidatos, lo que demanda también que se realicen campañas transparentes y se fomente una educación cívica efectiva y participativa.

Las elecciones de 2025 son una oportunidad para construir un sistema judicial más cercano al pueblo, pero su éxito dependerá de la misma participación activa de la población, de que las instituciones realicen un proceso limpio y transparente; y asegurar que los jueces electos sean íntegros y competentes. Si se logran estos objetivos, México podría convertirse en un referente de justicia democrática y participativa.

Esta elección marca un momento trascendental para el Poder Judicial mexicano, el más significativo desde 1994. Aunque existe el desafio de la baja participación esperada y la complejidad de las boletas, es necesario seguir avanzando en fomentar la participación constante de la sociedad, pues a fin de cuentas, somos nosotros mismos quienes podemos hacer un cambio profundo, que garantice un Poder Judicial, más eficiente, más justo, más independiente y más democrático. Con el fin de seguir construyendo un sistema de justicia en México que termine con los privilegios y tome en cuenta a la gente por igual, ¡Salgamos a votar este 1° de Junio!

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