Irán lanza misiles contra la mayor base militar de EE. UU. en Catar; proyectiles son interceptados y no hay víctimas

Las Fuerzas Armadas de Irán anunciaron el lunes haber lanzado un ataque con misiles contra la base aérea de Al Udeid, en las afueras de Doha, Catar. La operación fue descrita por la cúpula militar iraní como “devastadora y poderosa” y se produjo tras amenazas de represalia por los recientes bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares iraníes. Medios locales reportaron explosiones y ráfagas sobre la capital catarí; Al Udeid acoge a unos 10,000 efectivos de EE. UU. y funciona como cuartel general adelantado del Comando Central (CENTCOM) estadounidense.
El Ministerio de Defensa de Catar informó que sus defensas antiaéreas “interceptaron con éxito” todos los misiles dirigidos a Al Udeid. El comunicado oficial destacó que no se registraron muertos ni heridos en el incidente y que el territorio catarí “es seguro”, con las Fuerzas Armadas listas para repeler cualquier nueva amenaza. Doha condenó el ataque y advirtió que se reserva “el derecho a responder” ante agresiones extranjeras, en defensa de su soberanía.
En Washington, la Casa Blanca convocó una reunión de emergencia. Un alto funcionario indicó que el gobierno de Trump sigue “de cerca” la situación en Al Udeid, y que el Pentágono ha puesto bajo vigilancia la base. Asimismo, se informó que la base aérea de Ain al-Asad, en Irak, activó sus sistemas defensivos por precaución ante la amenaza de ataques contra instalaciones estadounidenses en la región.
Otros países del Golfo también tomaron medidas inmediatas:
Catar cerró temporalmente su espacio aéreo para precautelar la seguridad de residentes y visitantes.
Las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido en Doha recomendaron a sus ciudadanos permanecer en lugares seguros hasta nuevo aviso.
Bahréin anunció que había cerrado su espacio aéreo “como precaución” tras el ataque a la base de Al Udeid.
Este ataque se inscribe en una escalada regional. El domingo, bombarderos estadounidenses atacaron con bombas de más de 13 toneladas sitios nucleares de Irán; un día después, la Fuerza Aérea israelí respondió golpeando la prisión de Evin en Teherán, símbolo del régimen iraní, en lo que calificó como un bombardeo “sin precedentes” sobre la capital persa. El Ministerio de Defensa de Israel aclaró que ya no se limita a objetivos militares: sus fuerzas atacan “con una fuerza sin precedentes” las estructuras de poder del régimen en Teherán. En conjunto, estas operaciones —de EE. UU., Israel e Irán— han elevado la tensión en Medio Oriente al punto más alto de la última década.
Pese a la conmoción, los mercados globales permanecieron relativamente estables. Los precios del petróleo apenas variaron la mañana del lunes, reflejando que muchos inversores apuestan a que Irán no interrumpirá el flujo de crudo por el Golfo. En la arena diplomática, Irán buscó respaldo en sus aliados: ese mismo día su ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, viajó a Moscú para reunirse con el presidente Vladimir Putin y coordinar una respuesta ante la creciente crisis.