Trump condiciona rebaja de aranceles a apertura total de mercados extranjeros hacia EE.UU.

En una declaración que reaviva el tono nacionalista de su política comercial, el expresidente Donald Trump afirmó este martes que su eventual regreso a la Casa Blanca estaría marcado por una sola regla en materia arancelaria: Estados Unidos solo reducirá tarifas si otros países abren completamente sus mercados.
“No se trata de libre comercio, se trata de comercio justo”, sentenció el exmandatario republicano durante un acto de campaña, en medio de crecientes tensiones económicas globales y a pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre.
Trump, quien mantiene una ventaja considerable en las primarias republicanas y lidera algunas encuestas clave frente al presidente Joe Biden, ha reiterado su intención de usar los aranceles como herramienta para presionar a las economías que, según él, se han beneficiado de décadas de prácticas desleales en el comercio internacional.
Durante su presidencia (2017-2021), Trump impuso tarifas a productos de China, Europa y otros socios estratégicos, lo que desató represalias y tensiones comerciales. Ahora, propone una estructura aún más estricta: “Si ellos no nos dan acceso total, no tendrán acceso fácil a nuestro mercado”, subrayó.
Aunque no detalló cifras específicas, el exmandatario sugirió que los aranceles podrían convertirse en una política estructural bajo su eventual segundo mandato, eliminando acuerdos multilaterales que —según él— han debilitado la industria y el empleo estadounidense.
Los comentarios han generado preocupación entre analistas económicos y socios internacionales, quienes advierten que este enfoque podría recrudecer la fragmentación del comercio global en un momento en el que múltiples economías luchan por estabilizarse tras la pandemia y las tensiones geopolíticas.
Por su parte, la Casa Blanca no ha emitido una reacción oficial, aunque fuentes cercanas a la campaña de Biden han calificado la postura de Trump como “aislacionista y perjudicial para el consumidor estadounidense.”
Mientras tanto, el mensaje de Trump sigue calando entre su base electoral: una narrativa de protección al trabajador, recuperación del “orgullo manufacturero” y confrontación directa con las potencias económicas que, a su juicio, “juegan con reglas diferentes”.