“Los Baches” el padre nuestro de cada día; zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez en el abandono total

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La negligencia de los ayuntamientos metropolitanos de Villa de Álvarez y Colima  afecta la seguridad vial y la calidad de vida de miles de ciudadanos

En distintas vialidades de la zona conurbada Colina- Villa de Álvarez, la presencia de baches y el deterioro de las vialidades se han vuelto una constante que afecta tanto a automovilistas como a peatones. Lo que para algunos representa solo un desperfecto menor, para muchos se ha convertido en un símbolo del abandono por parte de sus autoridades locales.

Vecinos y automovilistas han denunciado que los ayuntamientos han sido omisos en su responsabilidad de mantener las calles en condiciones seguras y transitables. En algunos casos, los reportes ciudadanos quedan sin respuesta durante meses, y en otros, las reparaciones se realizan de forma superficial, lo que provoca que los baches reaparezcan en poco tiempo.

“Los baches no solo dañan los vehículos, también ponen en riesgo a quienes transitan en moto o bicicleta. Hemos reportado el mismo tramo al ayuntamiento más de cinco veces y seguimos igual”, declaró Jorge Méndez, vecino de la colonia Juan José Ríos.

Además de los daños materiales que enfrentan los conductores, como ponchaduras de llantas, afectaciones a la suspensión o accidentes.

La negligencia municipal en este tema no solo refleja una mala administración de los recursos públicos, sino también una falta de planificación en la conservación de la infraestructura urbana. En muchos casos, los presupuestos asignados para obra pública no se ejercen de manera transparente ni priorizando las zonas más afectadas.

Organizaciones civiles y colectivos ciudadanos han comenzado a exigir mayor rendición de cuentas y la implementación de programas de mantenimiento vial eficientes y sostenibles.

Mientras tanto, los baches continúan marcando el paisaje urbano de cientos de calles, recordando a los ciudadanos que, ante la ausencia de voluntad política, el deterioro del entorno se convierte en una realidad cotidiana.

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