Oficial de Tránsito Municipal de Colima solicita “mordida” y hasta acepta transferencias

Colima, Col.- Parece que en el gobierno panista de Riult Rivera la corrupción dejó de ser excepción para convertirse en regla. Los abusos, las extorsiones disfrazadas de infracciones y la impunidad que permea en áreas sensibles, como la Dirección de Tránsito y Vialidad, exhiben lo que muchos ciudadanos ya perciben como el sello de la casa: un sistema donde la autoridad no vela por el orden, sino que lo utiliza como herramienta de presión para obtener beneficios personales. Cada nuevo caso confirma la descomposición de una administración que se muestra más preocupada por recaudar en lo oscuro que por garantizar un servicio público honesto y transparente.
La noche del pasado sábado 23 de Agosto, alrededor de las 8:15 p.m., un joven automovilista fue interceptado por una patrulla de Tránsito Municipal de Colima tras salir del estacionamiento de una farmacia ubicada sobre la avenida Camino Real. Según el testimonio del afectado, la oficial argumentó que había salido del establecimiento a exceso de velocidad, lo que constituía una infracción que supuestamente ascendería a 3 mil 600 pesos y que además el vehículo tendría que ser recogido por su falta de pericia al manejar, sustentando que pudo haber provocado un accidente. Con un tono amenazante la oficial le dio dos opciones: pagar la infracción o colaborar con ‘la causa’ en pocas palabras ‘flojito y cooperando’.
El joven conductor, quien asegura contar con un historial limpio y nunca haber sido multado, explicó que se incorporó al carril derecho sin percatarse de que una patrulla circulaba por dicha vialidad, sin embargo minutos después escuchó el claxon de la unidad oficial y recibió la instrucción de detenerse.
Una agente descendió del vehículo y solicitó la documentación correspondiente, la cual fue entregada sin contratiempos. Posteriormente, la oficial le señaló que, para evitar acudir ante el juez cívico y pagar la totalidad de la infracción, existía “otra opción”: realizar un pago de mil pesos en el lugar.
El automovilista respondió que no contaba con efectivo, a lo que, de manera inesperada, la oficial le indicó que también aceptaban transferencias bancarias. Acto seguido y con el temor de retirarle su vehículo se comunicó con su madre para que realizara el depósito solicitado, el joven mostró la captura de la transferencia, tras lo cual fue liberado sin mayor trámite.
“En el momento me sentí acorralado, yo solo iba por un medicamento de mi abuela, tardé en comprender que fui parte de un soborno, sin embargo estoy dispuesto a exponerlo ante la autoridad y evitar que se sigan cometiendo actos de corrupción”, señaló el joven denunciante, quién además tiene las pruebas y el nombre de la agente extorsionadora.
El afectado no logró obtener el número de la patrulla, ya que la unidad permaneció en el sitio, lo que le impidió recabar más datos.
Por el momento, este medio reserva el nombre de la agente involucrada para no entorpecer posibles investigaciones. El joven anunció que presentará una queja formal ante el Juzgado Cívico Municipal con el propósito de evidenciar presuntos actos de corrupción dentro de la Dirección de Tránsito y Vialidad de la capital colimense.