Pepe Mujica, el líder que marcó a América Latina, muere a los 89 años: Su histórica reunión con la hoy alcaldesa de Manzanillo, Rosi Bayardo

El expresidente de Uruguay falleció a los 89 años. Su legado marcó a generaciones de líderes progresistas en América Latina. En 2019, la hoy alcaldesa Rosi Bayardo se reunió con él en un encuentro que ahora adquiere carácter histórico.
Montevideo — Este lunes se confirmó el fallecimiento de José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, a los 89 años. América Latina despide a uno de los referentes más honestos, austeros y coherentes de la política moderna, cuyo legado continúa inspirando a líderes y movimientos progresistas en todo el continente.
Mujica gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, y se ganó el respeto mundial por su estilo de vida austero, su discurso franco y su firme compromiso con los derechos humanos, la justicia social y la equidad. Rechazó los lujos del poder, vivió en su chacra y donó gran parte de su salario como mandatario.
Uno de los momentos más simbólicos de su vínculo con México ocurrió en diciembre de 2019, cuando visitó el país y sostuvo una serie de encuentros con jóvenes políticos mexicanos. Entre ellos estuvo Rosi Bayardo, actual presidenta municipal de Manzanillo, quien compartió aquella experiencia como un hito en su trayectoria política.
“Hoy, junto a Dorheny Cayetano, Diego del Bosque, Cuauhtli Badillo Moreno, Mario Delgado Carrillo y Alex Viedma, platicamos con Pepe Mujica, un hombre que ha sido ejemplo en gobernar con humildad y austeridad, poniendo como prioridad el respeto a los derechos humanos. Nos habló de la esperanza que representamos como jóvenes políticos; que cada día existen más retos pero también más herramientas. Mi respeto y admiración a quien hoy nos inspiró a seguir en el camino de esta posición política de igualdad social”, escribió Bayardo en sus redes sociales tras el encuentro.

En ese contexto, Mujica participó también en una conferencia en la Universidad Iberoamericana. Ahí, el expresidente uruguayo evitó opinar sobre el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, argumentando que debía mantener una actitud diplomática. No obstante, expresó su deseo de “el mayor entendimiento posible y la mayor tolerancia” para los mexicanos en un momento que consideró histórico, marcado por la cercanía con el “vecino incómodo”, Estados Unidos, y por la reciente crisis política en Bolivia, agradeciendo que México ofreciera asilo a su amigo y exmandatario Evo Morales.
Durante su ponencia, Mujica destacó también el avance del feminismo en América Latina, señalando que “la sociedad patriarcal va cediendo terreno, sencillamente por el avance universitario”, y subrayando que en muchos países, como Uruguay, la mayoría de los nuevos profesionales ya son mujeres. “La mujer va a sustituir con ventaja en mucho al hombre”, afirmó con contundencia.
Rosi Bayardo, de formación política de izquierda, ha llevado a la práctica en su administración municipal muchos de los principios que Mujica defendió: austeridad, cercanía con la gente y programas sociales centrados en la igualdad. Su testimonio no solo refleja el impacto personal de Mujica, sino también la vigencia de su pensamiento en las nuevas generaciones de líderes comprometidos con el cambio.
Descanse en paz, Pepe Mujica. Su vida sencilla, su palabra firme y su ejemplo humano seguirán siendo una guía ética para quienes creen en una política al servicio del pueblo.