Sancionan a taxista por consumo de alcohol en servicio

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Colima, Col. — En una rápida respuesta institucional, la Subsecretaría de Movilidad del Gobierno del Estado de Colima actuó en contra de un conductor de taxi que fue captado presuntamente ingiriendo bebidas alcohólicas al interior de su unidad de transporte público, hecho que fue denunciado a través de redes sociales y que generó preocupación entre la ciudadanía.

Tras la difusión de la imagen en plataformas digitales, la dependencia informó que el chofer fue citado en sus oficinas, donde se le levantó una infracción formal y se le retuvieron los documentos como medida inmediata. La autoridad estatal recalcó que no se tolerarán conductas que pongan en riesgo la integridad de los usuarios, y que este tipo de acciones serán sancionadas conforme al marco legal vigente.

“Seguiremos vigilando y actuando con firmeza por una movilidad segura”, afirmó la Subsecretaría en un mensaje oficial publicado en sus redes sociales.

Una reacción necesaria ante un problema estructural

Este incidente, aunque puntual, pone en evidencia los retos persistentes en la supervisión del transporte público en la entidad. La confianza del usuario en los servicios de movilidad depende en gran parte de la percepción de seguridad, profesionalismo y responsabilidad de quienes operan estas unidades.

La acción correctiva tomada por la Subsecretaría de Movilidad es pertinente y envía una señal de tolerancia cero ante comportamientos que puedan derivar en riesgos viales, pero también abre la discusión sobre la necesidad de reforzar los mecanismos preventivos y formativos para los operadores del transporte público.

En Colima, como en muchas entidades del país, el transporte público es un servicio esencial para miles de personas que diariamente se trasladan a sus trabajos, escuelas y hogares. Casos como este minan la confianza en el sistema y obligan a replantear estrategias de control y capacitación.

Urge fortalecer la regulación y vigilancia

Aunque la infracción y retención de documentos del operador involucrado representa una respuesta oportuna, urge avanzar hacia un modelo preventivo, con inspecciones aleatorias más frecuentes, mecanismos ciudadanos de denuncia más accesibles y esquemas de capacitación obligatoria en temas de conducción responsable, trato al usuario y manejo de crisis.

Expertos en movilidad y seguridad vial coinciden en que el consumo de alcohol por parte de operadores del transporte público constituye una de las infracciones más graves, al comprometer la vida no solo del conductor, sino de pasajeros, peatones y otros automovilistas.

La ciudadanía, por su parte, juega un papel crucial: denunciar este tipo de conductas, exigir sanciones ejemplares y respaldar a las autoridades cuando actúan de forma transparente y decidida.

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